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Javier Olivares Conde (Madrid, 1964), estudió en la emblemática Escuela de Arte 10 (Escuela de Artes y Oficios Aplicadas) de la capital. Desde muy joven quiso dedicarse a la ilustración y gracias a sus extraordinarias cualidades pronto comenzó a colaborar en revistas que, con el tiempo, se han convertido en referencia. En aquellos años 80, por ejemplo, formó parte de Madriz (cuna de otros muchos artistas gráficos de renombre en la actualidad); o MicroHobby, una revista sobre juegos de ordenador que supuso su primer trabajo (con veinte años).
Caracterizado por un estilo propio y un sello de calidad que han marcado escuela y que hacen reconocible cada nuevo proyecto (algo realmente difícil y meritorio en este campo), siempre ha mostrado su admiración por la obra de autores como Moebius, Muñoz, Alberto Breccia o Alex Toth.
Ha colaborado con todo tipo de editoriales realizando dibujos para historias infantiles, juveniles y de adultos. Al mismo tiempo ha ilustrado (e ilustra) artículos y propuestas en medios tan prestigiosos como El País, El Mundo, Rolling Stone, Quo, El Economista... También dejó huella en otras publicaciones ligadas a la ilustración y el cómic, como Medios Revueltos, Idiota y Diminuto, Nosotros somos los muertos y Tos.
Las monografías que recopilaban todo este trabajo en cabeceras (algunas ya extintas), Estados Carenciales y La Caja Negra, fueron nominadas al Premio a la Mejor Obra en el Salón del Cómic de Barcelona.
Una de las ilustraciones realizadas para Prisioneros de Zenda (SM), uno de sus trabajos preferidos (junto al escritor Fernando Marías)
También ha tenido una experiencia como editor, al fundar en los años noventa el sello Malasombra (junto al director, productor y guionista de cine y televisión Antonio Trashorras); y como diseñador y director de cortometrajes de animación.
En el campo del cómic destaca especialmente su obra Las Meninas (Astiberri), un fascinante proyecto junto a Santiago García por el que el autor ha logrado todo tipo de reconocimientos, incluido el Premio Nacional de Cómic.
Con motivo de un hito histórico, la nominación al prestigioso Premio Eisner, fallado este mes de julio en la Comic Con de San Francisco (EEUU), retomamos contacto con este genio de la ilustración, también participante en el ciclo de actividades para jóvenes que se celebró en la pasada Feria del Libro de Madrid, organizado por la FGSR, para pedirle las cinco historias (de la LIJ o del cómic), que marcaron su vida como lector y autor o que considera "indispensables" en la maleta de cualquier niño o joven curioso de ayer y hoy.
Cinco libros indispensables en la maleta de Javier Olivares
De todos los libros que leí en mi juventud (Verne, Salgari, etc…) éste fue el que más me marcó. Es épico, romántico y “Ojo de Halcón” es uno de esos personajes que no se olvidan. Una medida incuestionable de que fue así lo certifica el hecho de que aún conservo la edición original del año 1974 con las preciosas ilustraciones de Vicente Ballestar.
Este es uno de esos libros extraños, flores raras de la literatura juvenil que, si tienes suerte, se cruzan en tu camino y te cambian para siempre. Las melancólicas ilustraciones de mi adorado Edward Gorey hacen crecer este libro, como no podía ser de otra manera.
En general, cualquier libro de Dahl podía servir para esta lista de recomendaciones personales pero éste tiene la imbatible particularidad de que es uno de los libros preferidos de mi hija. Divertido y aterrador a partes iguales.
Por supuesto, con Quentin Blake a los lápices.
“El álbum ilustrado es el primer museo que un niño descubre” ha escrito esta autora e ilustradora checa. Sus libros corroboran esta idea y su trabajo plástico con las formas y los colores es atrevido y genial. En los 90 descubrí saldado este libro (en su primera edición en España) y compré todos los ejemplares que pude para regalar a mis amigos.
El multitalentoso Sfar (dibujante, escritor, director de cine) nos cuenta con humor y desenfado las peripecias de este pequeño vampiro, de su perro Fantomate y de sus colegas monstruosos. Dibujado con gracia y un trazo también desenfadado, este vampiro lo mismo se enfrenta a Godzilla, que ayuda a una protectora de perros o aprende Kung Fu. Risas eternas.
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