Hocus Pocus. Una novela sobre magníficos magos y sus asombrosas hazañas
Adoro la magia, la adoro desde que era un niño. Mamá y papá me regalaron un juego de magia por mi décimo cumpleaños, y todavía puedo recordar como si fuera ayer la excitación al desenvolver los accesorios de extraña apariencia de la caja. Bolas chinas decoradas con dragones dorados que hacían multiplicarse granos de arroz y después los transformaban en agua; pequeñas bolas que aparecían, desaparecían y se multiplicaban bajo tazas mágicas como si tuvieran vida propia; y un pequeño triángulo de cristal en un marco rojo -podías atravesar el crital con un lápiz afilado ¡sin realizar un solo agujero en él!-. Todo esto era sorprendente.