Don Ramón Lamote es un apacible jubilado que dedica su tiempo a sus amigos, a leer, a explorar en Internet y a dibujar sueños, sencillamente por hacer feliz a la gente. Tan curioso sujeto parece tener un imán con el que atrae a los personajes y las situaciones más descabellados, eso explica que sea requerido para crear la Asociación Internacional de Realizadores de Saques de Honor de Eventos Deportivos, y para asistir como distinguido ponente al Congreso Universal de Inutilidades, Fruslerías y Otras Necedades. Por donde quiera que va, su ingenio y su natural amabilidad dejan huella. Retoma el autor este entrañable personaje al que el paso del tiempo no ha desgastado el ingenio, la curiosidad ni la amabilidad con los que anda por la vida. Con tales armas deja al descubierto a los personajes que han hecho del poder, el dinero y el figurar su razón de ser, propiciando pasajes surrealistas. De la mano de este cálido personaje que defiende la belleza, la inteligencia y la bondad, la crítica social teñida de ironía y el aviso frente a la deshumanización en aras de la eficacia y el progreso, solo tienen como objetivo hacer del mundo un lugar mejor.
Don Ramón Lamote es un apacible jubilado que dedica su tiempo a sus amigos, a leer, a explorar en Internet y a dibujar sueños, sencillamente por hacer feliz a la gente. Tan curioso sujeto parece tener un imán con el que atrae a los personajes y las situaciones más descabellados, eso explica que sea requerido para crear la Asociación Internacional de Realizadores de Saques de Honor de Eventos Deportivos, y para asistir como distinguido ponente al Congreso Universal de Inutilidades, Fruslerías y Otras Necedades. Por donde quiera que va, su ingenio... Seguir leyendo
Cosas nuevas de Ramón Lamote
Don Ramón Lamote Miñato lleva, por razones de edad y de su natural modo de ser, una vida tranquila y reposada como corresponde a alguien que está jubilado desde hace algún tiempo y que es de condición frugal y sencilla. Mucha lectura, bastante paseo, la partidita de mus o de dominó, alguna visita, hecha o recibida, y muy determinadas atenciones a ciertos encargos propios de su faceta de dibujante de sueños –las clases de chairego han quedado en manos de algunos de sus antiguos discípulos– que le ayudan en cierta medida a mejorar su poco floreciente situación económica y le permiten llevar a cabo, muy de vez en cuando, algún viaje más o menos largo...