Pancho quiere jugar con los animales de la selva, el hipopótamo y la jirafa, pero es muy grande, desborda vitalidad y ninguno le sigue en sus juegos. El elefantito se aburre, hasta que su abuelo le cuenta una historia de montañas lejanas, y desde ese momento solo piensa en crecer y emprender su viaje. Con una ilustración delicada y muy expresiva, el pequeño lector se sumerge en una historia sobre crecimiento personal, donde al final el protagonista encuentra, donde menos lo espera, algo tan valioso como la amistad.Pancho quiere jugar con los animales de la selva, el hipopótamo y la jirafa, pero es muy grande, desborda vitalidad y ninguno le sigue en sus juegos. El elefantito se aburre, hasta que su abuelo le cuenta una historia de montañas lejanas, y desde ese momento solo piensa en crecer y emprender su viaje. Con una ilustración delicada y muy expresiva, el pequeño lector se sumerge en una historia sobre crecimiento personal, donde al final el protagonista encuentra, donde menos lo espera, algo tan valioso como la amistad.
Una montaña para Pancho
Había una vez un elefante chiquito que se llamaba Pancho. En el lugar donde Pancho vivía, había pasto, algunos árboles y muchas familias de animales. Pero ninguno tan grande como Pancho. Cuando Pancho estaba aburrido, su mamá lo mandaba a jugar con las jirafas. Pero ellas eran estiradas y elegantes. No les gustaba tirarse en la tierra como a él.