Daisy desobedece a su Mamá Pata y, dejándose llevar por su curiosidad y su independencia, se aleja para perderse entre los juncos del estanque. Al final de la escapada, descubre que aún es demasiado pequeña para explorar sola un mundo que puede entrañar serios peligros. Mediante una acertada gama de colores, la ilustración refleja el bello paisaje donde sucede la aventura. El juego de perspectivas hace más real la carga emotiva de las divertidas o angustiosas situaciones que vive la patita. La historia puede seguirse a través de las imágenes sin necesidad de recurrir al texto.Daisy desobedece a su Mamá Pata y, dejándose llevar por su curiosidad y su independencia, se aleja para perderse entre los juncos del estanque. Al final de la escapada, descubre que aún es demasiado pequeña para explorar sola un mundo que puede entrañar serios peligros. Mediante una acertada gama de colores, la ilustración refleja el bello paisaje donde sucede la aventura. El juego de perspectivas hace más real la carga emotiva de las divertidas o angustiosas situaciones que vive la patita. La historia puede seguirse a través de las imágenes sin necesidad de recurrir al texto.
¡Ven aquí Daisy!
-¡No te alejes, Daisy! -le dice Mamá Pata. -Lo intentaré, responde Daisy. Pero Daisy, sin darse cuenta, se aleja un poquito. -¡Ven aquí Daisy! -le llama Mamá Pata. Pero Daisy se distrae mirando los peces. -¡Ven aquí Daisy! -le grita otra vez su Mamá. Pero Daisy se va lejos persiguiendo a las libélulas.