La luna en el agua
Quise llegar lo suficientemente temprano para no tener que enfrentarme a todas aquellas caras desconocidas, a sus posibles e inoportunas preguntas. Era «el nuevo» y eso en un instituto, sobre todo si llegas con un trimestre de retraso, siempre despierta cierta expectación, alguna que otra sospecha y también preguntas malintencionadas que quería evitar o, al menos, retrasar todo lo que pudiera.