Antony Penrose desgrana sus recuerdos de infancia en torno a Picasso, amigo de sus padres, con la habilidad de situarse en el punto de vista infantil. Y así ofrece una imagen de él que interesará a los pequeños porque responde a las preguntas que se hacen: si era divertido, si le gustaba jugar, si tenía hijos... Los recuerdos se apoyan en numerosas fotografías que muestran a Picasso con sus amigos y también algunas de sus obras, que explicadas y enmarcadas en sus circunstancias adquieren una cercanía muy atractiva.Antony Penrose desgrana sus recuerdos de infancia en torno a Picasso, amigo de sus padres, con la habilidad de situarse en el punto de vista infantil. Y así ofrece una imagen de él que interesará a los pequeños porque responde a las preguntas que se hacen: si era divertido, si le gustaba jugar, si tenía hijos... Los recuerdos se apoyan en numerosas fotografías que muestran a Picasso con sus amigos y también algunas de sus obras, que explicadas y enmarcadas en sus circunstancias adquieren una cercanía muy atractiva.
El niño que mordió a Picasso
Me llamo Tony. Cuando era pequeño y vivía en una granja de Sussex, Inglaterra, tuve un amigo que era de lo más extraordinario que os podáis imaginar. Tenía los ojos negros y profundos, una amplia sonrisa y unas manos absolutamente asombrosas. Sus manos eran absolutamente asombrosas porque sabía hacer pinturas y dibujos y esculturas y collages y cacharros y platos y muchas, muchas cosas más.