Es difícil aportar valores extra a un relato simbólico que está considerado un clásico de la literatura universal, pero las subyugantes ilustraciones del artista almeriense Antonio Lorente (cuya trayectoria mereció una retrospectiva en la Biblioteca Nacional); aportan un enfoque expresivo y emocional diferente. La colección de láminas y detalles que acompañan al texto, mantiene la línea estética que le ha granjeado tanta popularidad, con una propuesta de personajes y escenarios que parten del realismo pero son filtrados, en el proceso, por una visión subjetiva que aporta toques oníricos y ensalza la sensibilidad, especialmente, a través de las miradas. En medio del desierto, a mil millas de toda tierra habitada, se encuentran un aviador y un hombrecillo procedente de un asteroide. La historia, poblada de reflexiones filosóficas, muchas preguntas y algunas respuestas, brota a partir del diálogo que entablan ambos protagonistas, que comparten una común visión de la vida, la tierra y el espacio. Con espontaneidad, sencillez y naturalidad, Saint-Exupéry nos traslada sus convicciones y esperanzas. La edición, elegante y de grandes dimensiones, convierte la historia original en un exquisito objeto artístico, como ha ocurrido con anteriores propuestas pasadas por el tamiz del gran ilustrador andaluz. La nueva traducción está firmada por Isabel Soto y Alejandro Tobar, colaboradores habituales de la editorial zaragozana.
Otras obras de Antonio Lorente en CL
En torno a "El principito"
Es difícil aportar valores extra a un relato simbólico que está considerado un clásico de la literatura universal, pero las subyugantes ilustraciones del artista almeriense Antonio Lorente (cuya trayectoria mereció una retrospectiva en la Biblioteca Nacional); aportan un enfoque expresivo y emocional diferente. La colección de láminas y detalles que acompañan al texto, mantiene la línea estética que le ha granjeado tanta popularidad, con una propuesta de personajes y escenarios... Seguir leyendo
El Principito

Una vez, cuando tenía seis años, vi una ilustración magnífica en un libro que trataba sobre la selva virgen y que se titulaba Historias vividas. En ella se representaba a una boa en el momento de tragarse a una fiera. He aquí una copia del dibujo.
El libro decía: "Las boas se tragan a sus presas enteras, sin masticarlas. Luego no pueden moverse y se pasan durmiendo los seis meses que les dura la digestión"