Desde la primera línea, en cada uno de estos cuentos, los personajes no se comportan tal y como nosotros esperaríamos que lo hiciesen, ni las cosas suceden como habitualmente lo hacen y, sin embargo, mientras los leemos o escuchamos nada nos parece más normal. Esta situación ya se aprecia en su título: lo más normal es que el libro se hubiese titulado «veintiuna historias»; pero no, Rodari tiene la fantástica capacidad de poner todo patas arriba e invitarnos a participar de su temperamento juguetón. El autor entiende la fantasía como la capacidad y disposición necesaria para explorar la realidad y sus posibilidades. Su experimentación literaria se caracteriza por la proximidad narrativa, por un ritmo cercano a la oralidad, a la incorporación de llamadas de atención que se integran con fluidez al relato, a la naturalidad con la cual el sinsentido aparece y determina sus tramas... Este libro es un excelente ejemplo de la originalidad y el genio narrativo de Rodari, en él los motivos del cuento popular adquieren nuevas posibilidades.
Desde la primera línea, en cada uno de estos cuentos, los personajes no se comportan tal y como nosotros esperaríamos que lo hiciesen, ni las cosas suceden como habitualmente lo hacen y, sin embargo, mientras los leemos o escuchamos nada nos parece más normal. Esta situación ya se aprecia en su título: lo más normal es que el libro se hubiese titulado «veintiuna historias»; pero no, Rodari tiene la fantástica capacidad de poner todo patas arriba e invitarnos a participar de su temperamento juguetón. El autor entiende la... Seguir leyendo
Veinte historias más una
Teresa era tan diminuta y graciosa que parecía un juguete, y todos la llamaban Teresita. Vivía con sus padres y con su abuela en un pueblo de montaña. Siempre estaba contenta. Caminaba bailando y hablaba cantando.
–¿Estás contenta, Teresita? Estaba contenta de estar en el mundo. Al cabo de un tiempo nació un hermanito, al que llamaron Anselmo, y siempre era Teresita quien le llevaba en brazos a ver las flores, a tocar a la vaca, que está muy gorda pero no hace daño a nadie, o a buscar un huevo en el gallinero.