Entrañable historia, bien escrita y narrada en tercera persona, y que supone, sobre todo, un canto a la amistad. Sus protagonistas, un abeto y una pequeña ardilla que vive en una de sus ramas, dan forma a una trama que se centra, por una lado, en la vida del abeto desde que nace hasta convertirse en el árbol de Navidad de la plaza de San Pedro; y por otro, en el intento de la ardilla por salvarlo de la muerte.
Entrañable historia, bien escrita y narrada en tercera persona, y que supone, sobre todo, un canto a la amistad. Sus protagonistas, un abeto y una pequeña ardilla que vive en una de sus ramas, dan forma a una trama que se centra, por una lado, en la vida del abeto desde que nace hasta convertirse en el árbol de Navidad de la plaza de San Pedro; y por otro, en el intento de la ardilla por salvarlo de la muerte.
El gran árbol
Esta historia comienza hace muchos, muchos años, cuando una pequeña semilla alada se desprendió de una piña suspendida en una rama y, tras revolotear unos instantes por el aire, planeó hasta el centro de un gran claro. Era una mañana de finales de primavera, de las altas cumbres llegaba aún el olor frío de la nieve y los riachuelos bajaban hasta el valle crecidos por las aguas del deshielo.