Miguel, el mejor amigo de Vampiro, está en dificultades. Él solo quería enseñarle a la dulce Sandrita la diferencia entre las moscas y las abejas, pero Gerardo, el malo de clase le ha dejado en ridículo. La cohorte de monstruitos que forman el universo barroco del personaje protagonista le echará una mano, aunque sus métodos a veces no son los más adecuados. Diseños sinuosos, ambientes recargados, fuertes tonalidades, humor oscuro e imaginación desbordante: Sfar en estado puro.
Miguel, el mejor amigo de Vampiro, está en dificultades. Él solo quería enseñarle a la dulce Sandrita la diferencia entre las moscas y las abejas, pero Gerardo, el malo de clase le ha dejado en ridículo. La cohorte de monstruitos que forman el universo barroco del personaje protagonista le echará una mano, aunque sus métodos a veces no son los más adecuados. Diseños sinuosos, ambientes recargados, fuertes tonalidades, humor oscuro e imaginación desbordante: Sfar en estado puro.
Pequeño Vampiro ¡hace kung-fu!
–Y fue así como Peter Pan se instaló en los jardines de Kensington. Pero, Miguel, no hay por qué llorar, de verdad.
–¿No te gustó mi historia?
–No es por eso, abuelito.
–Es por un niño de la escuela, quisiera matarlo.
–Esas cosas no se dicen.
–Sí.
–Estaba con Sandrina viendo unas abejas.
–Y entonces llegó el idiota de Gerardo y dijo que eran moscas.