El pasado y el presente se funden en un relato de terror y misterio ocurrido en el año 1517. El ahora abad del convento de Oseira es Lorenzo de Navascués, un anciano que tiempo atrás fue uno de los más sanguinarios guerreros de Isabel de Castilla, y le cuenta al visitante, el joven Egas, su historia: siendo miembro de un tribunal de la Inquisición conoció a la hereje Xálima, de quien se enamoró, pero era un personaje mágico que le traería muchos problemas. Egas, que porta un anillo con el sello del monasterio, ve cómo esta historia se vincula con la suya propia, antes de sucumbir a la única verdad que existe sobre la tierra desde que el mundo es mundo: la muerte.
El pasado y el presente se funden en un relato de terror y misterio ocurrido en el año 1517. El ahora abad del convento de Oseira es Lorenzo de Navascués, un anciano que tiempo atrás fue uno de los más sanguinarios guerreros de Isabel de Castilla, y le cuenta al visitante, el joven Egas, su historia: siendo miembro de un tribunal de la Inquisición conoció a la hereje Xálima, de quien se enamoró, pero era un personaje mágico que le traería muchos problemas. Egas, que porta un anillo con el sello del monasterio, ve... Seguir leyendo
El frío azul
Dicen, algunos, que Oseira viene de hueso; y cómo un hueso de la tierra, macizo y tieso, pelado y rígido, peñasco desnudo se yergue ante el viajero el viejo convento. Inmenso, pero cansado, semejando cargar, en sus retorcidos tejados repletos de hielo, todo el paso del tiempo y del mundo. La nieve de la Sierra Martiñá, fría y densa como una maldición, se dispersa incluso hasta el camino real y atolla a las cabalgaduras. El temporal obstruyó el paso del Faro y, desde Chantada, llevó al viajero a los llanos de Villamarín; y luego por Biduedo hasta Porto do Souto, ahora único sendero abierto al convento, aunque con muchos obstáculos.