Alexandra disfruta en compañía de su abuela. La abuela es una persona especial, independiente, adelantada a su época, que nunca se preocupó de las apariencias, que transmite sus ganas de vivir..., pero su mente comienza a sufrir un proceso degenerativo. Los padres de Alexandra no quieren que su hija lo sepa, pero ella nos narra cuáles son los cambios que se producen y cómo tratan de afrontarlos juntas. Collazos dibuja una realidad que camina hacia la sombra a través de un sendero iluminado por el optimismo de una nieta que cuanto más avanza la enfermedad más cerca se siente de su abuela y más se preocupa de conocerla y de aprovechar el tiempo que pasan juntas.
Alexandra disfruta en compañía de su abuela. La abuela es una persona especial, independiente, adelantada a su época, que nunca se preocupó de las apariencias, que transmite sus ganas de vivir..., pero su mente comienza a sufrir un proceso degenerativo. Los padres de Alexandra no quieren que su hija lo sepa, pero ella nos narra cuáles son los cambios que se producen y cómo tratan de afrontarlos juntas. Collazos dibuja una realidad que camina hacia la sombra a través de un sendero iluminado por el optimismo de una nieta que cuanto... Seguir leyendo
En la laguna más profunda
Nada sucedió de repente –dijo mi madre.
Primero tuvo olvidos muy tontos, como no saber dónde había dejado las gafas, no encontrar el par de zapatos que iba a ponerse en la noche, o elegir y ponerse un zapato negro y otro amarillo. Ella, que había sido tan elegante y austera, decían mis padres, se vestía con blusas de un color escandaloso, y ese color no combinaba con una falda discreta.
En fin, cosas de esas.
–Olvidos sin importancia –decía mi madre.
–Nada grave –añadía mi padre.
Se levantaba de buen humor, saludaba de beso a todo el mundo y decía que hacía un día «espléndido». Usaba mucho esa palabra: «espléndido».