En un extraño viaje en el tiempo Raúl, el protagonista de esta historia, conocerá a la maestra pintora de la tribu de Rod. Ella le explicará que para llegar a plasmar en las paredes los animales antes debe adueñarse del espíritu de uno de su especie. En esta ocasión logrará que una manada deje solo a un caballo y, tras acariciarle repetidamente el lomo, logrará tener su espíritu y será así capaz de dibujarlo en la pared. Una forma asequible de explicar las creencias prehistóricas de los habitantes de Atapuerca. En un extraño viaje en el tiempo Raúl, el protagonista de esta historia, conocerá a la maestra pintora de la tribu de Rod. Ella le explicará que para llegar a plasmar en las paredes los animales antes debe adueñarse del espíritu de uno de su especie. En esta ocasión logrará que una manada deje solo a un caballo y, tras acariciarle repetidamente el lomo, logrará tener su espíritu y será así capaz de dibujarlo en la pared. Una forma asequible de explicar las creencias prehistóricas de los habitantes de Atapuerca.

La dibujante de espíritus

Raúl y Rod se encuentran en lo que ahora se conoce como el Portalón de la Cueva Mayor de los Yacimientos de Atapuerca. Raúl se muestra interesado por las pinturas de las paredes de la cueva.
–Oye Rod, me encanta vuestra decoración.
–¿Decoración?
–Me refiero a esas pinturas tan chulas que hacéis en las paredes.
–¡Ah, eso! Pero ten cuidado, está prohibido tocarlas.
–Perdona, no quería estropearlas. ¿Eres tú el grafitero?
–¿Qué es un grafitero?