La adaptación de un relato de la tradición oral africana en el que con sentido del humor se cuestiona la etiqueta con la que a menudo se tilda a los negros, se ve reforzada con unas imágenes de trazos sencillos, ingenuos, en las que el colorido cobra protagonismo. Y bien claro queda que las diferencias de color entre una persona negra y otra blanca no tienen nada de relevantes. Un buen punto de arranque para abrir debate con los más pequeños.
La adaptación de un relato de la tradición oral africana en el que con sentido del humor se cuestiona la etiqueta con la que a menudo se tilda a los negros, se ve reforzada con unas imágenes de trazos sencillos, ingenuos, en las que el colorido cobra protagonismo. Y bien claro queda que las diferencias de color entre una persona negra y otra blanca no tienen nada de relevantes. Un buen punto de arranque para abrir debate con los más pequeños.
¡Hombre de color!
Yo, hombre negro, cuando nací, era negro.
Tú, hombre blanco, cuando naciste, eras rosa.
Yo cuando crecí, era negro.
Tú, cuando creciste, eras blanco.
Yo, cuando tomo el sol, soy negro.
Tú, cuando tomas el sol, eres rojo.