Llegó el euro
Dicen que el hombre feliz no usaba camisa... ¡Quite ya! ¡Lo que no usaba era dinero, pasta, money, cuartos, mosca, guita, parné, llámelo como le salga de las narices! Si tiramos un pelín atrás, veinte o treinta mil años, veremos que los tipejos de la época, por ejemplo, llenaban la tripa sin gastarse un duro. ¿Que les apetecía una tortillita? Pues siempre había una pteropáctila a mano dispuesta a soltar un huevete...
¡Grrrñar!
¡Kiakiakiakiaiiiiiiiiii!