Las aventuras de Max Fridman deberían ser ya conocidas entre los aficionados al cómic. La gran repercusión de su primera aventura, Rapsodia húngara, le valió a su autor, Vittorio Giardino, los importantes premios Yellow Kid y St. Michel. Ello le animó a seguir con el personaje de este investigador, siempre envuelto en misteriosos casos. Esta vez visita España en busca de un amigo desaparecido en extrañas circunstancias. El dibujo, de gran detallismo, nos muestra paisajes de Barcelona en plena guerra. Hay que destacar que los personajes secundarios adquieren un gran relieve en el desarrollo del argumento, al tiempo que el misterio y la intriga aumentan en cada viñeta.Las aventuras de Max Fridman deberían ser ya conocidas entre los aficionados al cómic. La gran repercusión de su primera aventura, Rapsodia húngara, le valió a su autor, Vittorio Giardino, los importantes premios Yellow Kid y St. Michel. Ello le animó a seguir con el personaje de este investigador, siempre envuelto en misteriosos casos. Esta vez visita España en busca de un amigo desaparecido en extrañas circunstancias. El dibujo, de gran detallismo, nos muestra paisajes de Barcelona en plena guerra. Hay que destacar que los personajes secundarios adquieren un gran relieve en el... Seguir leyendo
¡No pasarán!
... Su pertenencia a las Brigadas Internacionales fue una de las primeras cosas que supe de él. Sin embargo, él no se jactaba (ni tampoco se avergonzaba); simplemente no hablaba de ello. A decir verdad, lo supe por casualidad. Muchos de sus conocidos lo ignoraban y algunos, convencidos de que las Brigadas sólo estuvieron formadas por comunistas, lo habrían considerado una perfidia.