Dos jóvenes inician un viaje en un coche robado. Nada les une salvo la necesidad de escapar de sus vidas. Maik pertenece a una familia acomodada cuya madre tiene problemas con el alcohol. Tschick es un joven de origen ruso que no encuentra su sitio en la sociedad alemana. Dos incomprendidos que buscan su lugar. Durante su viaje, un catálogo de personajes peculiares se cruzarán en su camino. Gracias a esta odisea descubrirán la amistad verdadera y la existencia de gente extraordinaria en el mundo.
Dos jóvenes inician un viaje en un coche robado. Nada les une salvo la necesidad de escapar de sus vidas. Maik pertenece a una familia acomodada cuya madre tiene problemas con el alcohol. Tschick es un joven de origen ruso que no encuentra su sitio en la sociedad alemana. Dos incomprendidos que buscan su lugar. Durante su viaje, un catálogo de personajes peculiares se cruzarán en su camino. Gracias a esta odisea descubrirán la amistad verdadera y la existencia de gente extraordinaria en el mundo.
Goodbye Berlín
Lo primero que se percibe es el olor a sangre y a café. La cafetera está enfrente, sobre la mesa, y la sangre, en mis zapatos. Para ser sinceros, no es únicamente sangre. Cuando el más mayor dijo “catorce”, me meé en los pantalones. Estuve todo el rato inclinado en el taburete sin moverme. Me sentía mareado. Intentaba aparentar lo que yo creía que pensaría Tschick cuando alguien le dice “catorce”, y después, acojonado, me meé en los pantalones.