Faltan tres partidos para el final de la liga intercentros y el Soto Alto debe ganar al menos uno si quiere seguir siendo un equipo. Sus integrantes han hecho un pacto secreto, nada ni nadie los separará jamás, e intentarán ganar para que el equipo siga jugando. Pero los acontecimientos no están de su parte. Misteriosamente, en los últimos partidos el árbitro cae dormido tras el descanso y su suplente no les pone las cosas fáciles. Los futbolísimos tendrán que intentar resolver el misterio.
Faltan tres partidos para el final de la liga intercentros y el Soto Alto debe ganar al menos uno si quiere seguir siendo un equipo. Sus integrantes han hecho un pacto secreto, nada ni nadie los separará jamás, e intentarán ganar para que el equipo siga jugando. Pero los acontecimientos no están de su parte. Misteriosamente, en los últimos partidos el árbitro cae dormido tras el descanso y su suplente no les pone las cosas fáciles. Los futbolísimos tendrán que intentar resolver el misterio.
Los futbolísimos. El misterio de los árbitros dormidos
Me llamo Francisco García Casas, acabo de cumplir once años y voy a lanzar el penalti más importante de la historia del Soto Alto. Es sábado por la mañana. Y hace muchísimo calor. Coloco el balón en el punto de penalti. Estoy delante del portero. Le miro fijamente. Es un chico muy alto y muy rubio con una gorra. Está vestido con un traje de color naranja que yo creo que se puede ver desde varios kilómetros a la redonda.