Un anciano recolecta los pensamientos perdidos, al igual que otros coleccionan cuadros. Lo hace cada mañana, a las 6,30 h, sólo por el placer de verlos convertidos en pensamientos-flor y poder escuchar su melodía. Una historia fantástica, llena de metáforas y de juegos de palabras. Las ilustraciones casan muy bien con el tono del texto y ambientan perfectamente la historia. Un anciano recolecta los pensamientos perdidos, al igual que otros coleccionan cuadros. Lo hace cada mañana, a las 6,30 h, sólo por el placer de verlos convertidos en pensamientos-flor y poder escuchar su melodía. Una historia fantástica, llena de metáforas y de juegos de palabras. Las ilustraciones casan muy bien con el tono del texto y ambientan perfectamente la historia.
El señor Gruñón
Todas las mañanas, a las seis y media en punto, el señor Gruñón pasa por delante de mi casa. Ya desde lejos, el rumor de sus pasos pesados sobre el adoquinado anuncia su llegada. Hay que decir que a esa hora el barrio está muy tranquilo. Antes de las ocho no hay apenas movimiento.