Obra teatral basada en un divertido cuento popular. Había una vez una princesa que siempre estaba seria. Aquel que fuese capaz de hacerla reír se casaría con ella, pero quienes lo intentaban y fracasaban eran encarcelados. Después de intentarlo los nobles, llegaron los campesinos y tras varias pruebas alguien lo consigue aunque el rey no estará muy conforme. El cuento en el que está basada la obra es suficientemente divertido como para sostener cualquier adaptación.
Obra teatral basada en un divertido cuento popular. Había una vez una princesa que siempre estaba seria. Aquel que fuese capaz de hacerla reír se casaría con ella, pero quienes lo intentaban y fracasaban eran encarcelados. Después de intentarlo los nobles, llegaron los campesinos y tras varias pruebas alguien lo consigue aunque el rey no estará muy conforme. El cuento en el que está basada la obra es suficientemente divertido como para sostener cualquier adaptación.
La princesa que nunca se reía
Acto I
(La cosa empieza en un teatrito de títeres, a un lado del escenario, con un telón de fondo en el que se pinta un paisaje de cuento de hadas, incluido un camino serpenteante y castillo picudo en lo más alto. Aparece Maricastaña. Vieja contadora de cuentos, con más arrugas que las pasas de Málaga, y más repintada que un caballito de feria de los de antes).