Una historia enternecedora y alegre sobre la imaginación infantil, esa capacidad creadora libre de ataduras y provista del ánimo festivo del juego y la diversión. En esta obra Bossio narra con el elemento visual y no usa una sola palabra. Las ilustraciones emulan la forma de dibujar de los niños, con trazos fuertes y repetidos, figuras sencillas coloreadas de manera tosca y poco uniforme. Una niña se encuentra con el trazo de un lápiz y lo convierte en lazo para saltar, rama para colgarse como un mico, escenario en el que actuar frente a muchos espectadores. Repentinamente su juego se vuelve miedoso y el trazo se convierte en un monstruo que se la va a comer; pero siempre ante eso, está la imaginación y el juego, la amistad inocente de los niños que hablan el mismo lenguaje y se ayudan entre sí para dibujar un monstruo que la salve y un osito al que abrazar.
Una historia enternecedora y alegre sobre la imaginación infantil, esa capacidad creadora libre de ataduras y provista del ánimo festivo del juego y la diversión. En esta obra Bossio narra con el elemento visual y no usa una sola palabra. Las ilustraciones emulan la forma de dibujar de los niños, con trazos fuertes y repetidos, figuras sencillas coloreadas de manera tosca y poco uniforme. Una niña se encuentra con el trazo de un lápiz y lo convierte en lazo para saltar, rama para colgarse como un mico, escenario en el que actuar frente a muchos... Seguir leyendo