Franco Ramos propone un acercamiento infinitamente poético a una de las caras de la violencia que padece Colombia desde hace ya un par de décadas con calamitosa frecuencia: el secuestro. Don Diego es secuestrado en Medellín, su esposa, Dita, una alemana que vivía en el Berlín nazi, sobrelleva una sofocante espera en el castillo que construyeron en los barrios altos de la ciudad paisa. La acompaña apenas la resolución inamovible de no pagar por la liberación de su esposo, un par de familiares, los policías que investigan el caso y un hombre holandés que dice poder comunicarse con el alma del ser querido.
El amor por la figura de ensueño y fantasía que es Isolda, la hija de Don Diego, un personaje que parece diluirse entre las líneas y la evocación, hila la vida de secuestrador y secuestrado en relatos paralelos e impone un aire denso, seco y pesaroso en la prosa de la obra. El lector se aproxima así a la interioridad de ambas víctima y victimario con asombrosa contención y realidad. Una novela bellamente escrita y con gran capacidad de traer a la vida personajes y escenarios de una historia inolvidable.

Franco Ramos propone un acercamiento infinitamente poético a una de las caras de la violencia que padece Colombia desde hace ya un par de décadas con calamitosa frecuencia: el secuestro. Don Diego es secuestrado en Medellín, su esposa, Dita, una alemana que vivía en el Berlín nazi, sobrelleva una sofocante espera en el castillo que construyeron en los barrios altos de la ciudad paisa. La acompaña apenas la resolución inamovible de no pagar por la liberación de su esposo, un par de familiares, los policías que investigan el... Seguir leyendo