Un árbol es el único refugio y espacio de juego que tienen los niños del barrio. Por eso, se suben a él, parten sus ramas, lo lastiman. Además, en otoño se le caen las hojas y se siente desprotegido. Un día, los técnicos de parques y jardines del Ayuntamiento les dicen a los niños del barrio que el árbol se está muriendo y lo van a cortar. Pero esa misma noche surge algo especial y el árbol recupera la alegría de vivir.
Un árbol es el único refugio y espacio de juego que tienen los niños del barrio. Por eso, se suben a él, parten sus ramas, lo lastiman. Además, en otoño se le caen las hojas y se siente desprotegido. Un día, los técnicos de parques y jardines del Ayuntamiento les dicen a los niños del barrio que el árbol se está muriendo y lo van a cortar. Pero esa misma noche surge algo especial y el árbol recupera la alegría de vivir.
El otoño del árbol cascarrabias
La calle de la Paz no era muy larga, ni muy ancha, tal vez haciendo honor a su nombre, porque en ocasiones la paz parece algo pequeñito y sin importancia. En la calle de la Paz sólo había un árbol, que extendía sus ramas por las casas, la acera y la calzada. Lo que peor llevaba el árbol era el tema de los niños.