Las aventuras de Super López siempre han destacado por plantear tramas al mismo tiempo divertidas y complejas. En esta ocasión, nuestro "superhéroe" trata de atrapar a una turbia red de narcotraficantes que aprovechan la costumbre del "botellón" para colocar sus productos. Jan construye aquí una historia llena de divertidos gags, en la que volvemos a encontrar algunos habituales personajes del entorno de la "supermedianía" de acero. La gran destreza con la que el autor maneja distintos recursos expresivos, sobre todo el movimiento, alcanza aquí una altura que roza la perfección.Las aventuras de Super López siempre han destacado por plantear tramas al mismo tiempo divertidas y complejas. En esta ocasión, nuestro "superhéroe" trata de atrapar a una turbia red de narcotraficantes que aprovechan la costumbre del "botellón" para colocar sus productos. Jan construye aquí una historia llena de divertidos gags, en la que volvemos a encontrar algunos habituales personajes del entorno de la "supermedianía" de acero. La gran destreza con la que el autor maneja distintos recursos expresivos, sobre todo el movimiento, alcanza aquí una altura que roza la perfección.
El gran botellón
-¡Tú no! No se admiten esos zapatos en el local. -Hola, Copón, amigo... -¡Que no pasas! ¡No pasas! -¡Tranqui , tronco...! ¡Déjale, que no insista...! -¿Qué pasa...? -Nada, Copón Nevat, el portero, dale que te pego, como siempre...