Qué bárbara ocurrencia la de este urbanita felino, ansioso de relajarse y abandonar los rigores de la vida en sociedad... La observancia de los usos y costumbres -ese delicado equilibrio de la convivencia en el ámbito social- puede tornarse en una cárcel donde muera la espontaneidad, pero precisamos de fórmulas para resolver situaciones cotidianas en las que abordar relaciones de trato no siempre fácil. Estimulante fábula la de este tigre 'disfrutón', que descubre que la verdadera libertad se ejercita siendo uno mismo y con ello nos plantea un atractivo interrogante (bien resuelto por el autor): ¿Constituyen la cortesía y las buenas maneras un corsé de fórmulas rígidas o bien unas reglas que nos ayudan a vivir? Que sean lo segundo y no lo primero depende, al menos en parte, de nosotros. Que los convencionalismos huecos no ahoguen el entusiasmo (Brown hace una apuesta expresa por unas relaciones basadas en la franqueza y la naturalidad), pero que los impulsos no nos alejen de nuestros semejantes. Somos, en definitiva, animales sociales.
Qué bárbara ocurrencia la de este urbanita felino, ansioso de relajarse y abandonar los rigores de la vida en sociedad... La observancia de los usos y costumbres -ese delicado equilibrio de la convivencia en el ámbito social- puede tornarse en una cárcel donde muera la espontaneidad, pero precisamos de fórmulas para resolver situaciones cotidianas en las que abordar relaciones de trato no siempre fácil. Estimulante fábula la de este tigre 'disfrutón', que descubre que la verdadera libertad se ejercita siendo uno mismo y con... Seguir leyendo
El señor Tigre se vuelve salvaje

A todos les gustaban las cosas tal como eran.
A todos menos al señor Tigre.
El señor Tigre estaba aburrido de ser siempre tan correcto.
-Buen día, señor Tigre
-Buen día, señor Venado.
-Es un día espléndido, ¿no le parece?
-Supongo.
-Sin duda.