María Diluvio, tenía el poder de predecir la lluvia, su nariz se ponía caliente como arena al mediodía y en la calle caían las primeras gotas. Pero el día de la inundación María dejó de presentir la lluvia, la riada la sorprendió llevándosela con todo lo que encontraba a su paso. Es así como se ve envuelta en una tragedia de agua y barro de la que le toca salir triunfante para salvar su vida, un viaje iniciático del que resurge fortalecida. Las ilustraciones en blanco y negro acompañan el texto sin mayor protagonismo.
María Diluvio, tenía el poder de predecir la lluvia, su nariz se ponía caliente como arena al mediodía y en la calle caían las primeras gotas. Pero el día de la inundación María dejó de presentir la lluvia, la riada la sorprendió llevándosela con todo lo que encontraba a su paso. Es así como se ve envuelta en una tragedia de agua y barro de la que le toca salir triunfante para salvar su vida, un viaje iniciático del que resurge fortalecida. Las ilustraciones en blanco y negro... Seguir leyendo
María Diluvio
El martes de la grieta en la pared, María dejó de presentir la lluvia. Era extraño. Desde los tres años, ella se había acostumbrado al mismo proceso: su nariz se ponía caliente como arena al mediodía y en la calle caían las primeras gotas. Eso a nadie le parecía un don. En el colegio, más de una vez citaron a su mamá por el exceso de creatividad de la “niña”, condición que resaltaban para justificar las cosas que hacía. Ya fuera encender la alarma en el colegio, desalojar al salón en clases de religión o usar chaqueta, paraguas e impermeable a pesar de los cuarenta y dos grados centígrados a la sombra.