“Los dioses de la noche y del viento se convirtieron en dos inmensos árboles, Tezcatlipoca en un árbol de espejos y Quetzalcóatl en un sauce de plumas, y los árboles dioses levantaron el firmamento con todas las estrellas, tal como ahora existe. Entonces nació el tiempo y, con el tiempo, comenzó la vida".
Monográfico dedicado al dios Quetzalcóatl que hace un recorrido a través de los distintos mitos, leyendas e historia que rodean a una de las figuras de mayor relevancia dentro de la cultura indígena prehispánica, debido a su carácter creador y benefactor
“Los dioses de la noche y del viento se convirtieron en dos inmensos árboles, Tezcatlipoca en un árbol de espejos y Quetzalcóatl en un sauce de plumas, y los árboles dioses levantaron el firmamento con todas las estrellas, tal como ahora existe. Entonces nació el tiempo y, con el tiempo, comenzó la vida".
Monográfico dedicado al dios Quetzalcóatl que hace un recorrido a través de los distintos mitos, leyendas e historia que rodean a una de las figuras de mayor relevancia dentro de la cultura... Seguir leyendo
Quetzalcóatl
En el principio –cuentan las crónicas- no había nada, todo estaba vacío, estático, en calma. Sólo existían el cielo inmenso y el agua. Y en ella, ocultos, los progenitores, la Pareja Suprema, Ometecuhtli y Omecíhuatl, el Padre de los dioses, la Madre de los dioses que, en silencio, inmóviles, alentaban en la obscuridad, en el lugar de la niebla.
Los Progenitores se reprodujeron, tuvieron cuatro hijos: dos pares, opuestos entre sí. El primero fue Tezcatlipoca, el Espejo Humeante, negro como el cielo nocturno; invisible como la noche e implacable como el viento, podía estar en todas partes. El segundo fue Quetzalcoátl