Las mejores historias dejan un poso inolvidable en nuestra memoria, un puñado de palabras dibujan en cada mente personajes y escenarios que asociamos a esas lecturas en cada nuevo acercamiento. El cine, las ilustraciones, el cómic son un vehículo que reimagina las historias, sin embargo Daniel Harmon, mediante sencillos e ingeniosos textos, y Andrew DeGraff, apuestan por dar un paso más y cartografiar los escenarios de diecinueve títulos inmortales, revolucionando conceptos y aportando nuevos matices para disfrute de los lectores más exigentes. Con un variado despliegue de estilos, cercanos en ocasiones al mundo de los videojuegos, siempre fieles al espíritu de cada obra homenajeada, los autores modelan una pequeña e imprescindible obra maestra con la que podemos volver a descubrir los secretos de relatos clásicos como La Odisea, Hamlet, Robinson Crusoe, Moby Dick, La vuelta al mundo en ochenta días, Orgullo y Prejuicio o Esperando a Godot; o revisitar contemporáneos inolvidables de autores como Ursula K. Le Guin o Richard Adams, entre muchos otros. Un criterio fundamental ha guiado el proceso de selección previa: los libros elegidos no podían contener mapas en su interior. Incluye una selección final de sugerencias muy originales sobre cartografía y literatura. ¿Preparados para disfrutar?
Las mejores historias dejan un poso inolvidable en nuestra memoria, un puñado de palabras dibujan en cada mente personajes y escenarios que asociamos a esas lecturas en cada nuevo acercamiento. El cine, las ilustraciones, el cómic son un vehículo que reimagina las historias, sin embargo Daniel Harmon, mediante sencillos e ingeniosos textos, y Andrew DeGraff, apuestan por dar un paso más y cartografiar los escenarios de diecinueve títulos inmortales, revolucionando conceptos y aportando nuevos matices para disfrute de los... Seguir leyendo
Trazado. Un atlas literario
Como en casa en ningún sitio. Que el hogar de cada cual está en su corazón (obviamente, un concepto metafórico) es algo que sigue siendo tan válido hoy como en la Grecia Antigua, cuando Homero compuso su poema épico. Odiseo es un personaje enfrentado a la vida doméstica, y Homero lo describe como el «errante», un término que constituye a la vez su destino y su vocación. Su ingenio le permite hallar soluciones creativas a los problemas que se le presentan en el camino (amenazado por monstruos de seis cabezas, hecho prisionero por un cíclope, seducido por una hechicera), pero también lo arrastra de aventura en aventura.