Los animales que residen en el centro de acogida se encuentran solos y desamparados. Pero tienen fe en que, tarde o temprano, algún humano se hará cargo de ellos y empezarán una nueva vida. Algunos, como el dragón, son especialmente optimistas y tratan de “lucirse” cada vez que llega una visita. Pero los días pasan y su perfil no parece encajar en ninguna de las familias. Tal vez deberíamos desterrar ciertos tópicos y descubrir el verdadero encanto de estos simpáticos y legendarios ejemplares para comprender que su presencia en el hogar daría un “soplo” de aire nuevo a nuestra actividad cotidiana. Con mucho humor el texto se acompaña de una colección de ilustraciones que bromea especialmente con los distintos tipos de humanos que acuden al centro, al mismo tiempo la pareja de autores provocan la empatía del lector hacia este ser mitológico presente en todas las culturas, aquí humanizado, y garantiza una sesión de sonrisas.
Los animales que residen en el centro de acogida se encuentran solos y desamparados. Pero tienen fe en que, tarde o temprano, algún humano se hará cargo de ellos y empezarán una nueva vida. Algunos, como el dragón, son especialmente optimistas y tratan de “lucirse” cada vez que llega una visita. Pero los días pasan y su perfil no parece encajar en ninguna de las familias. Tal vez deberíamos desterrar ciertos tópicos y descubrir el verdadero encanto de estos simpáticos y legendarios ejemplares para comprender que su... Seguir leyendo
¡Se busca casa!
En el centro de acogida de animales vivía un pequeño dragón.
Como el resto de animales, también él esperaba la llegada de alguien que se lo llevara a casa.
Cada vez que alguien visitaba el centro de acogida, el pequeño dragón se hacía grandes ilusiones.