La misma ilusión que en su día sintió Sasek al visitar París y dibujar sus gentes y rincones más emblemáticos es la que pueden sentir ahora los lectores que, sesenta años después, se reencuentran con una particular bitácora viajera que, sin duda, ha ganado encanto con el paso de los años. La nueva edición de esta joya, concebida en formato álbum para que los pequeños también dispongan de una guía adaptada a sus intereses durante el recorrido, tiene continuación en otras propuestas en las que capta la esencia de otras grandes capitales mundiales. La poética mirada del autor no solo se centra en los monumentos, a través de una dispar galería de personajes, (gatos, ancianas, artistas callejeros…); descubrimos otras señas de identidad de la cultura francesa. Estos caracteres son representados con figuras estilizadas, con patrones cercanos a la estética habitual en la publicidad de mediados del siglo pasado, y nos transportan a la época en la que fueron retratados. Entre las imágenes se cuelan también leves esbozos históricos que ayudan a conocer, con mayor profundidad, los distintos escenarios, siempre con un toque de humor. En conjunto la obra, tal vez ahora con mayor intensidad gracias a su encanto retro, consigue el objetivo principal para el que fue concebida: despertar unas ganas irreprimibles de volver a pasear a orillas del Sena. Un tesoro recuperado por Nórdica que incluye actualizaciones de los contenidos sobre espacios, edificios y costumbres que han cambiado, se han modificado o construido en la última década.
La misma ilusión que en su día sintió Sasek al visitar París y dibujar sus gentes y rincones más emblemáticos es la que pueden sentir ahora los lectores que, sesenta años después, se reencuentran con una particular bitácora viajera que, sin duda, ha ganado encanto con el paso de los años. La nueva edición de esta joya, concebida en formato álbum para... Seguir leyendo
Esto es París
Bien, pues aquí estamos.
Aquí, en la capital de Francia, viven diez millones de personas.
También hay un gran río -el Sena., docenas de monumentos, iglesias y museos... y miles de gatos.
Este se llama Kiki.
Y este Joseph.
Y aquí está Rita, la gata del tendero.