Como aquel lejano amigo imaginario que creamos para acompañar nuestra infancia, el libro siempre está ahí, ofreciendo puertas a otras realidades, ayudándonos a salir de la rutina y tomar nuevos senderos. Victoria siempre necesita su presencia, la hilera de volúmenes que decora parte de su habitación (“el horizonte”), le proporciona una colección de sueños, personajes y aspiraciones que acompañan a la protagonista tanto en los días grises como en los soleados. A través de su vida cotidiana, anhelos y relaciones personales, la calle del Resbalón, en Manso de la Sierra, se convierte en escenario de todo tipo de aventuras. La obra constituye un dulce homenaje a todos los lectores que iniciaron el hábito en la infancia y siguen aferrándose a él en todo momento y lugar, un tributo que alcanza la excelencia gracias al excepcional e hiperrealista proyecto gráfico que Albert Asensio, alternando el blanco y negro con el color, ha modelado para esta edición. Como señala uno de los capítulos “Victoria quería una vida llena de aventuras, una vida loca, una vida más grande que ella”, tal vez, tras leer esta historia, podemos pensar que lo está consiguiendo…
Como aquel lejano amigo imaginario que creamos para acompañar nuestra infancia, el libro siempre está ahí, ofreciendo puertas a otras realidades, ayudándonos a salir de la rutina y tomar nuevos senderos. Victoria siempre necesita su presencia, la hilera de volúmenes que decora parte de su habitación (“el horizonte”), le proporciona una colección de sueños, personajes y aspiraciones que acompañan a la protagonista tanto en los días grises como en los soleados. A través de su vida... Seguir leyendo
Victoria sueña
Victoria se giró. Alguien la seguía a hurtadillas. Acercó la punta de un lápiz a la garganta del desconocido. Era de noche.
- ¡No te muevas, canalla! - Murmuró ella.
Aunque le temblaban las piernas, Victoria le hizo recular hasta la pared. Se sintió eufórica.