Si convives con niños de la edad de los protagonistas seguramente a estas alturas ya te habrán lanzado alguna que otra pregunta sobre sexo. Los autores tienen claro que la mejor manera de contar la verdad es utilizar el propio lenguaje que ellos usan y por ello describen la realidad sin tapujos, con pequeñas dosis de humor, a través de una conversación –que tiene origen real-; entre dos “novios” de nueve años: Emma y Julio. La madre de ella ha aportado una gran cantidad de información que la pequeña ha procesado en un cuaderno con todo lujo de detalles, esquemas que también comparten con los lectores para que todos puedan saber, de una vez por todas, el proceso completo mediante el que los bebés vienen al mundo. Desde la fecundación hasta el parto, ofreciendo también las alternativas de contracepción y otras muchas reflexiones en torno al sexo y los órganos sexuales (reunidos en la parte final en un glosario muy esclarecedor); todo cabe en un diálogo representado en formato de tira cómica, una secuenciación ciertamente original para abordar cuestiones informativas. En conjunto, el cómic constituye un eficaz vehículo para abordar estos temas que, muchas veces, son "complicados" de tratar, tanto en el contexto familiar como escolar. Los dibujos son sencillos y efectivos, y mantienen la apariencia de los bocetos originales, con procesamiento digital y entintado final que realza el formato y le confiere mayor atractivo.
Si convives con niños de la edad de los protagonistas seguramente a estas alturas ya te habrán lanzado alguna que otra pregunta sobre sexo. Los autores tienen claro que la mejor manera de contar la verdad es utilizar el propio lenguaje que ellos usan y por ello describen la realidad sin tapujos, con pequeñas dosis de humor, a través de una conversación... Seguir leyendo
¡Yo sé de verdad cómo se hacen los bebés!
-¡Julio, Julio!
-¡Te lo tengo que contar!
- ¿Qué?
-Mi madre me lo ha explicado todo y ahora ya sñe de verdad cómo se hacen los bebés.
-¿EN SERIO? Pues yo también lo sé.
-¿Cómo dices? ¿Lo sabías y no me habías dicho nada?
-¡Claro que no! Es un secreto. Los adultos dicen que somos demasiado pequeños para saberlo...