Hay sagas que no necesitan recomendación porque han logrado crear una fiel comunidad de seguidores incondicionales que esperan con impaciencia cada nuevo capítulo. Tal es el caso de Los futbolísimos (cuyo éxito ha provocado que haya adaptaciones al teatro y al cine); o Los forasteros del tiempo, ambas ideadas y escritas por Roberto Santiago, un autor con larga trayectoria en el campo de la literatura infantil y juvenil. Era inevitable que, tarde o temprano, existiera la posibilidad de disfrutar de ambas lineas argumentales en un universo compartido (una historia crossover en la que conviven los protagonistas de las dos series) La novena aventura de la colección protagonizada por estos viajeros incansables supone el encuentro de dos de los mayores éxitos de la LIJ en los últimos años y combina personajes en una serie de emocionantes peripecias ambientadas en el Londres de la segunda mitad del XIX. Sebastián Balbuena desembarca en Covent Garden en pleno diciembre ante a uno de los componentes de Las Ratas. Ante su asombro, otras siete personas más (y un mono) llueven del cielo, vienen (como ya sabrán los lectores), de Moratalaz, y un agujero negro tiene la culpa de semejante travesía. El equipo de fútbol local, compuesto por unos peligrosos "supervivientes", reta a los recién llegados en un partido épico en el que no solo está en juego el resultado final: Sebastián y Mª Carmen han sido secuestrados y el devenir de la competición tendrá mucho que ver con su destino.
Hay sagas que no necesitan recomendación porque han logrado crear una fiel comunidad de seguidores incondicionales que esperan con impaciencia cada nuevo capítulo. Tal es el caso de Los futbolísimos (cuyo éxito ha provocado que haya adaptaciones al teatro y al cine); o Los forasteros del tiempo, ambas ideadas y escritas por Roberto Santiago, un autor con larga trayectoria en el campo de... Seguir leyendo
Los forasteros del tiempo & Los futbolísimos
Caigo
Caigo
Caigo
Hasta que al fin...
¡Me estampo sobre un charco de agua y barro!
Levanto la vista.
Entre la niebla, veo gente corriendo y gritando a mi alrededor.
Figuras que no puedo distinguir.
Limpio de barro mis gafas.
Me las ajusto.