Con esta original fábula, Nel-lo obtuvo el Premio Edebé de literatura infantil en la última convocatoria gracias a una aventura fantástica protagonizada por un clan de cucarachas que se ven obligadas a abandonar su hogar y el de sus ancestros ante la inminente llegada de una brigada de desinfección. El fallecimiento de la anciana que “les había dado cobijo” durante largo tiempo les obliga a salir de su burbuja y conocer de primera mano la sociedad actual, con sus luces y sombras. Una larga diáspora que incluye aventuras por los submundos de Barcelona hasta encontrar un nuevo hogar, y en el camino personajes –animales humanizados- que encarnan los peligros que se ciernen sobre la convivencia democrática de cualquier ciudad: racismo, insolidaridad, falta de empatía, violencia… Los humanos son también parte del reparto cruel de esta historia, una permanente amenaza para el clan de Cukar, sumergido durante toda la aventura a una feroz lucha grupal por la supervivencia que el autor adereza con fino humor y apuntes de crítica social. No es fácil convertir en una bella propuesta gráfica la representación de unos insectos que, generalmente, provocan tanto rechazo, sin embargo el talento de Beatriz Castro es incuestionable, y sabe captar las principales escenas de la novela en sencillas láminas modeladas en blanco y negro, muy alejadas de su habitual trabajo con tonalidades llenas de matices.
Con esta original fábula, Nel-lo obtuvo el Premio Edebé de literatura infantil en la última convocatoria gracias a una aventura fantástica protagonizada por un clan de cucarachas que se ven obligadas a abandonar su hogar y el de sus ancestros ante la inminente llegada de una brigada de desinfección. El fallecimiento de la anciana que “les había dado cobijo” durante largo... Seguir leyendo
La crónica de Ivo Cukar
Si alguien me preguntara cuánto tiempo hacía que nuestra familia, los Cukar, habíamos vivido en casa de la señora Atril, yo no sabría qué contestar. Diría que mis abuelos, bisabuelos y tatarabuelos ya vivían allí. De hecho, yo habia oído historias de mi abuelo paterno, que nos contaba que cuando él todavía era pequeño había conocido al señor Atril.