El pintor, dibujante y grabador norteamericano se embarcó en la aventura de identificar y registrar el mayor número posible de aves que tenían su hábitat en las inmediaciones del río Mississippi durante siete meses. Aquella travesía supuso solo una pequeña parte de las distintas expediciones que Audubon realizó con posterioridad para seguir aumentando un catálogo que resiste el tiempo. Las 64 planchas, de elegante policromía, fidedignas y de gran belleza incluidas en esta edición, ponen de relieve sus indudables cualidades como ilustrador. En los breves escritos que aparecen en el diario, una amena narración con elementos propios de las novelas clásicas de aventuras, intuimos los sentimientos hacia su familia o la inicial situación de penuria económica del autor, que costeaba sus proyectos y mantenía un hogar gracias a la docencia, aprovechando sus virtudes artísticas; situación que cambió con el paso del tiempo llegando a convertirse, tras la edición del magistral volumen recopilatorio Las aves de América, en el naturalista más famoso de Estados Unidos. Las descripciones de las aves denotan lo que las biografías han repetido una y otra vez, que no poseía una preparación científica adecuada ni conocía la nomenclatura latina, pero como comprobará el lector de hoy, lo suplía con una pasión y técnica de dibujo que convierten esta obra en una pequeña joya ilustrada para amantes de la naturaleza. Estas cualidades le han convertido en uno de los más respetados pioneros de las ciencias naturales y de la defensa del medio ambiente.
El pintor, dibujante y grabador norteamericano se embarcó en la aventura de identificar y registrar el mayor número posible de aves que tenían su hábitat en las inmediaciones del río Mississippi durante siete meses. Aquella travesía supuso solo una pequeña parte de las distintas expediciones que Audubon realizó con posterioridad para seguir aumentando un catálogo que resiste el tiempo. Las 64 planchas, de elegante policromía, fidedignas y de gran belleza incluidas en esta edición,... Seguir leyendo
Diario del río Misisipi
Jueves, río Ohio, 12 de octubre de 1820
He salido de Cincinnati a las cuatro y media de la tarde a bordo del bote de fondo plano del señor Jacob Aumack con destino a Nueva Orleans. Los sentimientos me abrumaban al despedirme con un beso de mi amada esposa y de mis hijos ante la expectativa de una ausencia de siete meses.