En nuestra sociedad estamos mal acostumbrados a asignar etiquetas olvidando que las acciones no definen quienes somos. Sambenitos, prejuicios, halagos innecesarios… Ya sean positivas o negativas unas palabras nunca pueden resumir a las personas En un reino no muy lejano, muy parecido a este, un brujo repartía esos atributos a través de sus cuervos entre todos aquellos niños/as que hacían cosas que no eran de su agrado. Los mayores estaban ya habituados a este sistema, pero Éric va a dar el paso definitivo para transformar la realidad. Una inteligente crítica social para invitar a todos los lectores a vivir en libertad y autoconfianza, obviando los juicios, dimes y diretes que emiten, sin ser consultadas, algunas personas en nuestro día a día.
En nuestra sociedad estamos mal acostumbrados a asignar etiquetas olvidando que las acciones no definen quienes somos. Sambenitos, prejuicios, halagos innecesarios… Ya sean positivas o negativas unas palabras nunca pueden resumir a las personas En un reino no muy lejano, muy parecido a este, un brujo repartía esos atributos a través de sus cuervos entre todos aquellos niños/as que hacían cosas que no eran de su agrado. Los mayores estaban ya habituados a este sistema, pero Éric va a dar el paso definitivo... Seguir leyendo
La fábrica de etiquetas
En un reino muy cercano
había un brujo que tenía
una fábrica de etiquetas.
Cada vez que alguien hacía algo que al brujo no le gustaba,
sus cuervos salían volando con unas etiquetas.
PESADA
TORPE
MOVIDO
DESORDENADA