Ramón Román Rodrigo siempre está atento a las demandas y necesidades de sus vecinos. Y precisamente esa empatía y especial sensibilidad ha provocado que algunos malintencionados le tilden de "raro". Cuando un ogro llega a la comarca sembrando el pánico entre los habitantes, el pueblo decide hacerle frente, pero en poco tiempo ya solo queda el propio Ramón como último recurso contra el "malvado" monstruo. Valiente y decidido acude a su escondrijo y pronto comprueba que esas virtudes de las que siempre ha hecho gala (y su ingrediente secreto e infalible) son más efectivas que la fuerza bruta. Un divertido relato ilustrado con técnicas que fusionan artesanía y tecnología, con ecos del mejor cartoon, estructuras propias a ratos del cómic, otras veces cercanas a los juegos de mesa o a los videojuegos, y un estilo propio de gran personalidad que evoca a grandes genios del humor gráfico del siglo XX, como Mingote -especialmente en escenas como las de las señoras en la cocina o en los primeros compases de la obra-
Ramón Román Rodrigo siempre está atento a las demandas y necesidades de sus vecinos. Y precisamente esa empatía y especial sensibilidad ha provocado que algunos malintencionados le tilden de "raro". Cuando un ogro llega a la comarca sembrando el pánico entre los habitantes, el pueblo decide hacerle frente, pero en poco tiempo ya solo queda el propio Ramón como último recurso contra el "malvado" monstruo. Valiente y decidido acude a su escondrijo y pronto comprueba que esas virtudes de las... Seguir leyendo
RAmón ROmán ROdrigo
Érase una vez hace años, muchos, muchos años,
un niño llamado RAmón ROmán ROdrigo que vivía
en una pequeña aldea.
A sus 11 años, RAmón, no era ni alto ni bajo, ni
listo ni tonto, ni gordo ni delgado. RAmón, eso sí,
era muy atento con todo el mundo, pero para los
demás eso resultaba RAro.