Al menos dos de los relatos incluidos en esta antología de cuentos infantiles de la inolvidable periodista, traductora y escritora ucraniana-brasileña, están teñidos de las propias vivencias de una autora que, con el paso de los años, es cada vez más reivindicada por un buen número de novelistas actuales. Concebidos, como ha pasado tantas veces en la historia de la literatura, para ser leídos en familia (en el prólogo su hijo explica la forma en que se escribieron algunos a petición suya); en sus páginas encontramos historias de mascotas (peces a los que olvidaron alimentar, un perro callejero que acompañó a la autora hasta sus últimos días, conejos huidizos -en el hogar familiar siempre hubo animales-); viejas leyendas del país sudamericano reinterpretadas con su estilo inconfundible, o elementos de ciencia ficción. La selección está arropada por los extraordinarios collages de Mariana Valente, nieta de la escritora, que utiliza esta técnica a través de procedimientos tanto manuales como digitales, explorando nuevos soportes siempre con el sello de espontaneidad y libertad que caracterizan todas sus creaciones.
Al menos dos de los relatos incluidos en esta antología de cuentos infantiles de la inolvidable periodista, traductora y escritora ucraniana-brasileña, están teñidos de las propias vivencias de una autora que, con el paso de los años, es cada vez más reivindicada por un buen número de novelistas actuales. Concebidos, como ha pasado tantas veces en la historia de la literatura, para ser leídos en familia (en el prólogo su hijo explica la forma en que se escribieron algunos a petición suya);... Seguir leyendo
Casi de verdad. Cuentos para niños
La mujer que mató a los peces, desgraciadamente, soy yo. Pero os juro que fue sin querer. Encima yo, que no tengo valor para matar nada vivo... Incluso dejo de matar alguna cucaracha que otra.
Doy mi palabra de honor de que soy una persona de confianza y tengo buen corazón: no dejo que ningún niño ni ningún animal sufran cerca de mí.
Pues mira por dónde maté a dos pececillos rojos que no le hacen daño a nadie y que no son ambiciosos; lo único que quieren es vivir.