Alina, como le pasa a otros niños de su edad, es insaciable a la hora de recibir juguetes. No es algo premeditado, pero poco a poco su habitación se ha llenado de muñecos y artefactos lúdicos de todo tipo, no ha sabido poner fin a una situación ahora insostenible tras recibir numerosos regalos de familiares (e incluso procedentes de un sorteo), que han reducido el espacio libre del cuarto de forma exponencial. Una tarde, junto a sus amigas, descubre que en realidad la situación no tiene nada de divertido y toma una decisión irrevocable. Las nuevas andanzas de esta pequeña protagonista son una crítica al materialismo con la que el autor Rodrigo Mattioli reivindica el valor de la conversación con los seres queridos, las excursiones a la naturaleza, las historias compartidas, la solidaridad y, en definitiva, los divertimentos inmateriales en una edad crucial. Las ilustraciones mantienen el tono jovial de otras aventuras de Alina (este ya es su tercer capítulo), con personajes caricaturescos, composiciones que fusionan el dibujo con crayones de cera con técnicas digitales y un alegre uso del color.
Alina, como le pasa a otros niños de su edad, es insaciable a la hora de recibir juguetes. No es algo premeditado, pero poco a poco su habitación se ha llenado de muñecos y artefactos lúdicos de todo tipo, no ha sabido poner fin a una situación ahora insostenible tras recibir numerosos regalos de familiares (e incluso procedentes de un sorteo), que han reducido el espacio libre del cuarto de forma exponencial. Una tarde, junto a sus amigas, descubre que en realidad la situación no tiene nada de divertido y toma una... Seguir leyendo
Un juguetito más
Aquel día Alina se despertó,
miró su habitación y pensó:
Me gusta mi unicornio.
Me gustan mis cuentos.
Me gusta mi pelota.
Pero un juguetito más. . . sería estupendo.
En la entrada del colegio se encontró con su amiga Maia.
Estaba vendiendo boletos de una rifa para ayudar
al refugio de animales