Una biografía ilustrada que glosa la figura de la intelectual, filósofa y ensayista malagueña María Zambrano, incidiendo especialmente en los largos años en los que tuvo que vivir exiliada tras el final de la Guerra Civil. La obra no sigue la línea habitual en este tipo de propuestas orientadas a jóvenes lectores sino que aporta una visión sosegada y poética de las principales alegrías y desgracias que jalonaron su trayectoria vital, textos breves e intensos cargados de simbolismo que la artista italiana Pia Valentinis sabe transformar en recuerdos gráficos del periplo que María tuvo que llevar a cabo, siempre defendiendo unas ideas y mostrando un pensamiento, cercano a la mística, por bandera. Nadia Terranova, a la que conocimos con Bruno. El niño que aprendió a volar, sugiere acercarnos a la personalidad de la protagonista a través de títulos como Claros del bosque, una obra que recomienda especialmente en el epílogo. Esta nueva línea editorial de Kalandraka aboga por reivindicar la vida personal y profesional de grandes referentes, sobre todo femeninos, en los campos de las artes, el pensamiento o la historia, con propuestas atractivas para despertar la curiosidad de los preadolescentes.
Una biografía ilustrada que glosa la figura de la intelectual, filósofa y ensayista malagueña María Zambrano, incidiendo especialmente en los largos años en los que tuvo que vivir exiliada tras el final de la Guerra Civil. La obra no sigue la línea habitual en este tipo de propuestas orientadas a jóvenes lectores sino que aporta una visión sosegada y poética de las principales alegrías y desgracias que jalonaron su trayectoria vital, textos breves e intensos cargados de simbolismo que la... Seguir leyendo
Siempre estuve aquí
El 27 de noviembre de 2006 se rindió homenaje a la filósofa María Zambrano, dando su nombre a la estación de tren de la ciudad andaluza de Málaga.
Es curioso que el nombre de María esté asociado al de un lugar en el que, a cada minuto, alguien se va o alguien llega; un lugar de tránsito y de adioses, de abrazos y de despedidas, de separaciones y de reencuentros.
Sin embargo, ningún otro lugar es más adecuado que una estación para recordar a una mujer que pasó toda su vida de viaje, pero que no se alejó jamás de España, ni con el corazón ni con la escritura.