Bebé hipopótamo, cegado por su deseo de seguir jugando, ha olvidado uno de los gestos más importantes del día: el beso a mamá. En su camino observa como las distintas especies animales repiten esta tierna ceremonia, tan necesaria para afrontar el día con positividad y eso le recuerda su desatino. Dispuesto a enmendar el error inicia el sendero de vuelta que Wild narra, como en la primera parte del cuento, jugando con la riqueza del lenguaje. Repeticiones de fragmentos de las palabras permiten establecer una complicidad con el lector. Las ilustraciones están confeccionadas con la misma dulzura que recubre el mensaje, una bella consigna de amor familiar ideal para los lectores que están dando sus primeros pasos.
Bebé hipopótamo, cegado por su deseo de seguir jugando, ha olvidado uno de los gestos más importantes del día: el beso a mamá. En su camino observa como las distintas especies animales repiten esta tierna ceremonia, tan necesaria para afrontar el día con positividad y eso le recuerda su desatino. Dispuesto a enmendar el error inicia el sendero de vuelta que Wild narra, como en la primera parte del cuento, jugando con la riqueza del lenguaje. Repeticiones de fragmentos de las palabras permiten establecer una... Seguir leyendo
¡Beso, beso!
Una mañana, Bebé Hipopótamo
tenía tanta prisa por ir a jugar
que olvidó darle un beso a su mamá.
- ¡Ay! -dijo la mamá.
Por el barro pega pegajoso chapoteó Bebé Hipopótamo.
Y esto fue lo que oyó...