Manuel Francisco dos Santos, conocido mundialmente como Garrincha, forma parte no solo de la historia del fútbol, también de la cultura popular de Brasil. Considerado uno de los mejores regateadores de cuantos han poblado el universo futbolero, sus defectos físicos en la infancia no auguraban un gran futuro deportivo, pero se convirtió en un jugador emblemático, capaz de emocionar e ilusionar al pueblo brasileño con sus gestas (entre ellas dos Copas Mundiales, en compañía de otro icono, Pelé). La colección "Gol o penalti" -ideada por Jaime Palomo-; tenía que hacer, tarde o temprano, una parada en su figura, pues tuvo una vida jalonada de momentos delirantes y otros brillantes. Una biografía, ilustrada como las anteriores entregas con la visión caricaturesca de Caterina Rimelli, que no obvia ni edulcora su triste final (a mediados de los setenta del siglo XX sus propios compañeros le hicieron un partido homenaje porque su deterioro físico y económico era realmente preocupante). En el apartado final se incluye su trayectoria en los diferentes clubes y en la selección absoluta, así como varios patrones para configurar nuestras propias chapas (a la antigua usanza) y jugar partidos en el parque o sobre la alfombra en casa.
Manuel Francisco dos Santos, conocido mundialmente como Garrincha, forma parte no solo de la historia del fútbol, también de la cultura popular de Brasil. Considerado uno de los mejores regateadores de cuantos han poblado el universo futbolero, sus defectos físicos en la infancia no auguraban un gran futuro deportivo, pero se convirtió en un jugador emblemático, capaz de emocionar e ilusionar al pueblo brasileño con sus gestas (entre ellas dos Copas Mundiales, en compañía de otro icono,... Seguir leyendo
Garrincha: la alegría del pueblo
PITIDO INICIAL
Manuel agarra la pelota y empieza a correr y a regatear. Salta sobre ella y sigue corriendo sin nadie pueda quitársela. Tira a puerta y mete gol. Se para y resopla mientras el sudor le recorre el rostro. No recuerda cuántas veces ha regateado y chutado esta tarde. Muchas, sin duda.
Hace calor en Pau Grande, un suburbio de Río de Janeiro. Son las seis de la tarde.