El fascinante universo mágico que Heena Baek moldea con sus creaciones fotográficas, en las que recoge los escenarios y personajes que diseña para cada ocasión, permite transportarnos al interior de la casa del protagonista y sentir, como si fueran nuestras, las variadas emociones que asaltan al joven a medida que va descubriendo la insólita situación en la que se ve inmerso. Aburrido de no tener con quien jugar, e incluso de sentirse rechazado, entra en una tienda para comprar unas canicas, pero termina por adquirir unos caramelos de apariencia similar que, sin embargo, producen unos increíbles efectos mágicos. Sonidos extraños, palabras perdidas, quejas y lamentos no identificados llegan a sus oídos sin saber muy bien de dónde proceden... ¿Y si los dulces fueran mágicos? Desde la obtención del Premio Astrid Lindgren en 2020, la producción literaria de la artista surcoreana ha sido analizada y reivindicada en todo tipo de foros. Cuando el lector cierre la última página de este libro apreciará, sin duda, el verdadero valor de la propuesta, la originalidad en estos tiempos no tiene precio y cada nueva aventura certifica el talento descomunal que destilan sus relatos en el campo de la literatura infantil (disfrutables a cualquier edad)
El fascinante universo mágico que Heena Baek moldea con sus creaciones fotográficas, en las que recoge los escenarios y personajes que diseña para cada ocasión, permite transportarnos al interior de la casa del protagonista y sentir, como si fueran nuestras, las variadas emociones que asaltan al joven a medida que va descubriendo la insólita situación en la que se ve inmerso. Aburrido de no tener con quien jugar, e incluso de sentirse rechazado, entra en una tienda para comprar unas canicas, pero termina por adquirir... Seguir leyendo
Caramelos mágicos
Yo juego solo.
Jugar solo tampoco está tan mal.
Ellos no saben lo divertido que es jugar a las canicas.
Nunca cuentan conmigo cuando juegan.
Por eso, he decidido jugar solo.