William Steig publicó Shrek en 1990, personaje inspirador de la exitosa saga de aventuras creada por DreamWorks que se hizo muy popular durante los primeros años del siglo XXI y que obtuvo el Oscar de la Academia de Hollywood. Desagradable, repulsivo o asqueroso son algunos de los adjetivos que califican al divertidísimo protagonista y que poco tienen que ver con el entrañable ogro en el que se convirtió en la pantalla. Ironía y un gran sentido de humor para abordar el tema principal de la trama: el aspecto físico no es lo importante, mensaje que también se explicita en su adaptación. Las ilustraciones, a cargo del emblemático autor neoyorkino, recrean los principales pasajes del relato, cuyo argumento dista bastante de las versiones que hemos conocido en la gran pantalla. Se reedita ahora con nueva traducción y con la apariencia que corresponde a la nueva colección de Blackie Books en la que se homenajea la figura del escritor de títulos fundamentales de la LIJ como Tiffky Dofky, Silvestre y la piedra mágica, La isla de Abel, Irene la valiente o Doctor de Soto, entre otros.
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William Steig publicó Shrek en 1990, personaje inspirador de la exitosa saga de aventuras creada por DreamWorks que se hizo muy popular durante los primeros años del siglo XXI y que obtuvo el Oscar de la Academia de Hollywood. Desagradable, repulsivo o asqueroso son algunos de los adjetivos que califican al divertidísimo protagonista y que poco tienen que ver con el entrañable ogro en el que se convirtió en la pantalla. Ironía y un gran sentido de humor para abordar el tema principal de la... Seguir leyendo
¡Shrek!
Su madre era fea y su padre era feo, pero Shrek era más feo que los dos juntos. Nada más dar sus primeros pasos, ya era capaz de escupir llamas a noventa y un metros de distancia y de echar humo por las orejas. Con tan solo una mirada atemorizaba a los reptiles del pantano. Y si alguna serpiente era lo bastante tonta como para morderle, moría al instante entre horribles convulsiones.