Hace millones de años, los pueblos nómadas luchaban por sobrevivir paliando el hambre con peligrosas cacerías, siempre en franca inferioridad frente a los enormes y fieros animales que aún poblaban nuestro planeta; o huyendo de frecuentes desastres naturales que contribuían a modelar una nueva orografía. En ese contexto, retratado con oscura belleza en los grafitos y las tintas blancas de la genial pareja de ilustradores asociados para este proyecto, Jairo Buitrago y Rafael Yockteng; tal vez nacen las primeras manifestaciones artísticas como la que plasma una de las pequeñas protagonistas en la caverna donde se refugia el grupo. Como señala el breve pero intenso y bello texto que cierra la narración, "las manchas de sus manos jamás se borraron", otorgando a aquella joven el papel de líder del clan. Quién sabe si como tantas otras... Un poético retrato de cómo serían las reuniones sociales en torno al calor, la luz y las crónicas de sus azarosas existencias modelada con un admirable sentido estético que cautivará a los lectores de cualquier edad. Imprescindible.
Hace millones de años, los pueblos nómadas luchaban por sobrevivir paliando el hambre con peligrosas cacerías, siempre en franca inferioridad frente a los enormes y fieros animales que aún poblaban nuestro planeta; o huyendo de frecuentes desastres naturales que contribuían a modelar una nueva orografía. En ese contexto, retratado con oscura belleza en los grafitos y las tintas blancas de la genial pareja de ilustradores asociados para este proyecto, Seguir leyendo
¡Ugh! Un relato del Pleistoceno
La caverna fue distinta desde entonces. Ella supo cómo acercarse a la piedra, al corazón de la piedra. Hacer marcas indelebles, acariciar su superficie. Ella supo, antes que todos, que los pigmentos en la roca eran como las huellas que dejan las manadas. Hizo redonda la testuz del bisonte, hizo girar su brazo en alto para acercarse a la grandeza del mamut, perfeccionó sus rostros, el miedo y la fiereza.