Tras la atractiva guía de viajes sobre Nueva York editada en esta misma colección, las autoras proponen ahora una escapada a otra ciudad excitante, Londres, siguiendo la misma premisa: que sean los lectores más jóvenes los que elijan los pasos a seguir en la visita. Para ello ofrecen todo tipo de sugerencias culturales, arquitectónicas, artísticas o gastronómicas, bajo la estructura clásica de aquellos libros de “elige tu propia aventura”. De esta forma los niños se erigen en protagonistas absolutos de una travesía “ad hoc”, apostando por profundizar en unas zonas más que en otras en función de sus gustos y apetencias. Para despertar la curiosidad, cada doble página describe algunos de los sitios más emblemáticos de la capital bañada por el Támesis, y alguna que otra sugerencia más alejada de los circuitos de “masificación turística”, aspecto que sin duda agradecerán los viajeros más independientes. El “glosario” de “sitios de interés” que aparece en el epílogo recopila abundantes anécdotas, curiosidades históricas y consejos útiles para disfrutar al máximo cada rincón, incluso con ideas para llevar a cabo “aventuras cercanas” y expandir el paseo. Una forma diferente y disruptiva de visitar destinos vacacionales ampliamente retratados en libros informativos orientados a este segmento de edad.
Tras la atractiva guía de viajes sobre Nueva York editada en esta misma colección, las autoras proponen ahora una escapada a otra ciudad excitante, Londres, siguiendo la misma premisa: que sean los lectores más jóvenes los que elijan los pasos a seguir en la visita. Para ello ofrecen todo tipo de sugerencias culturales, arquitectónicas, artísticas o gastronómicas, bajo la estructura clásica de aquellos... Seguir leyendo
Grandes ciudades, pequeños viajeros. Londres
Suena la sirena: ¡se acerca un gran barco! ¡Todas las miradas están puestas en el PUENTE DE LA TORRE!
El Puente de la Torre tiene una parte levadiza que se abre para que los barcos puedan pasar por debajo.
Este puente se terminó de construir en 1894 y fue una maravilla de la ingeniería. Fueron necesarios 8 años y el trabajo diario de más de 400 obreros para llevar a cabo la obra.