Para retrasar los necesarios hábitos cotidianos de higiene y descanso los niños son capaces, generalmente, de aprovechar al máximo las oportunidades de dar rienda suelta a la imaginación. Ha llegado la hora de dormir y Bo "no para de hacer el ganso": canta, baila, juega con el perro y los peluches... Ante el aviso de su madre decide imitar la forma en la que reposan diversos animales para sortear el camino al baño y a la cama. La conversación sirve, al mismo tiempo, para descubrir datos curiosos sobre distintas especies que resultarán interesantes para los lectores que, precisamente, utilicen este libro como paso final en ese mismo proceso que intenta evitar el protagonista, un diálogo que alcanza por momentos gran belleza al formular curiosos símiles. El trabajo del ilustrador es significativo, a base de dibujos labrados en tonalidades intensas y dispuestos a sangre, en los que fusiona grafito y técnicas digitales, los gestos de los personajes cobran mayor expresividad, captan sus movimientos y añaden dinamismo a la trama, especialmente indicada para narrar en voz alta en ese momento de relax y buen humor necesario antes de cerrar los ojos tras una jornada agotadora.
Para retrasar los necesarios hábitos cotidianos de higiene y descanso los niños son capaces, generalmente, de aprovechar al máximo las oportunidades de dar rienda suelta a la imaginación. Ha llegado la hora de dormir y Bo "no para de hacer el ganso": canta, baila, juega con el perro y los peluches... Ante el aviso de su madre decide imitar la forma en la que reposan diversos animales para sortear el camino al baño y a la cama. La conversación sirve, al mismo tiempo, para descubrir datos curiosos sobre... Seguir leyendo
¡A DORMIR! (Como animales)
Es de noche y Bo no para de hacer el ganso.
Da volteretas en el sofá y canta a pleno pulmón.
Su madre se ríe.
- Ya es tarde, Bo.