Haciendo frente a los jefes, blanco y negro, los colores -cansados de pintar siempre en las mismas tonalidades-; deciden sondear nuevos caminos, abrir la paleta a otras posibilidades. De esta forma, aquellas cosas que tradicionalmente habían sido asociadas a ciertos pigmentos, estrenaron vestido nuevo (el sol verde, el océano rojo, los troncos azules, las nubes marrones, ¡la hierba rosa!... Pero la alegría y diversión que provoca este peculiar ecosistema es cortada de raíz por los que consideran que pintar los objetos como realmente son debe ser lo que impere siempre. Tal vez esa revolución pasajera contribuya a que los niños de hoy, que disfrutan como nadie de esos ejercicios pictóricos, sean realmente libres frente al papel en blanco. Una elegante y divertida fábula 3.0 escrita por el autor castellonense Miguel Alayrach que, en esta ocasión, ha contado con el trabajo gráfico -limpio de trazos y con personajes carismáticos-; de la escritora y artista visual Aurora Ruá.
Haciendo frente a los jefes, blanco y negro, los colores -cansados de pintar siempre en las mismas tonalidades-; deciden sondear nuevos caminos, abrir la paleta a otras posibilidades. De esta forma, aquellas cosas que tradicionalmente habían sido asociadas a ciertos pigmentos, estrenaron vestido nuevo (el sol verde, el océano rojo, los troncos azules, las nubes marrones, ¡la hierba rosa!... Pero la alegría y diversión que provoca este peculiar ecosistema es cortada de raíz por los que consideran que pintar los objetos... Seguir leyendo
Jo... ¡siempre lo mismo!
Un amanecer de hace muuuucho tiempo,
mientras Blanco y Negro dormían
tras haber pintado, como cada noche,
la oscuridad, la luna y las estrellas,
ocurrió algo que casi nadie sabe.