Cuando hablamos de espías, el imaginario del cine y la literatura nos lleva a pensar en organizaciones rivales, encuentros clandestinos, huidas, intercambio de maletines, gadgets tecnológicos... También a asociar sus comienzos en los albores del siglo XX, antes de que el séptimo arte y la televisión se convirtieran en difusores masivos. Sin embargo, tal y como podemos certificar con este minucioso y atractivo trabajo de Soledad Romero, visualmente seductor, mucho antes de que John Buchan, Conrad o Chesterton esbozaran tramas en donde los agentes secretos eran protagonistas, en la vida real y ya en tiempos de Felipe II existían impresionantes redes de información al servicio del poder que llevaron a cabo gestas increíbles. En un apasionante recorrido cronológico, cuya puerta de entrada en cada capítulo es la reproducción de una primera plana de diferentes periódicos imaginarios, descubrimos figuras clave del mundo del espionaje, sus códigos y metodologías, grandes hitos, algunos hechos concretos que engrandecieron (o ensombrecieron) sus acciones; una buena nómina de personajes históricos directamente relacionados y curiosidades que ayudan a humanizar las personalidades analizadas. Gracias al diseño gráfico e ilustraciones del artista valenciano Julio Antonio Blasco, el recorrido se convierte en un vademécum visual de indudable encanto. Las epopeyas de estos hombres y mujeres sin cuyas acciones, tal vez, no existiría el mundo actual, destilan épica, generaron melodramas y merecen ser conocidas por las nuevas generaciones. Una colección de biografías que se alimenta de grandes hazañas que tuvieron especial esplendor en las dos contiendas mundiales, en el periodo de entreguerras, y especialmente en la Guerra Fría, caldo de cultivo interminable de los, posiblemente, mejores argumentos novelescos y cinematográficos.

Los mismos autores nos describieron con anterioridad Grandes fugas de la historia y Robos de leyenda.

Cuando hablamos de espías, el imaginario del cine y la literatura nos lleva a pensar en organizaciones rivales, encuentros clandestinos, huidas, intercambio de maletines, gadgets tecnológicos... También a asociar sus comienzos en los albores del siglo XX, antes de que el séptimo arte y la televisión se convirtieran en difusores masivos. Sin embargo, tal y como podemos certificar con este minucioso y atractivo trabajo de Soledad Romero, visualmente... Seguir leyendo